El Nuevo Herald,�������������������������������������������������������������� Octubre 3, 2005
�Hugo Ch�vez, desalmado�
Sa�l P�rez Lozano
Me pregunto como puede el cuerpo de Hugo Ch�vez cargar con tantas almas. En
cada sitio que visita, dice, deja el alma, sincr�tica porque la ubica seg�n el
caso. Ni el Bronx neoyorquino pudo escapar al alma de Ch�vez. El presidente
venezolano ha dejado regadas tantas almas por el mundo, que tal vez se ha
quedado sin ella. Es entonces un desalmado. Y como reparte almas reparte d�lares
y petr�leo.
Quedado desalmado, no olvide que d�lares y petr�leo tambi�n se acaban y,
cuando ocurra, no habr� quien siga escuchando la olla de grillos que carga con
el, ni los pedig�e�os peregrinos de pa�ses necesitados vendr�n a Caracas en
busca de los favores del Rico McPato latinoamericano; nos abandonaran igualmente
los exquisitos periodistas de la izquierda europea veneradores de Ch�vez ''el
dem�crata''.
No es extra�o en un hombre que se ha transmutado en Cristo, en Bol�var, que
se declare redentor del mundo. Por anos, en su programa dominical de televisi�n,
mostraba un crucifijo que extra�a de sus bolsillos. Un d�a lo perdi� y se hizo
de otro que al poco tiempo aparto y no lo mostr� mas. Hasta que milagrosamente
reapareci� en el Bronx como un Jes�s Christ Superstar en Broadway. Pintoresco el
venezolano.
Se dice zambo y de estirpe india. Tambi�n negro, pero prefiere el uso de
afro venezolano, para no ir a la zaga del imperialismo de sus odios que
popularizo el Afroamerican. Es la quinta vez que asiste a la Asamblea General de
las Naciones Unidas y recordamos cuando, en su primera aparici�n en ese foro,
denuncio la inutilidad de los jefes de estados que andan de cumbre en cumbre
mientras los pueblos andan de abismo en abismo. Siete ano despu�s, el ofendido
redentor no pela una cumbre y en Venezuela, su pa�s, la pobreza no solo anda de
abismo en abismo, sino que lo ha profundizado aun mas.
As� como en 1961 su senil gu�a intelectual y pol�tico, amo y se�or de la
Venezuela socialista del siglo XXI, Fidel, li� b�rtulos y se fue a Harlem
despu�s de su intervenci�n en la ONU, el, Hugo, siguiendo sus pasos, en el 2005
se fue al Bronx, hablo y hablo y de todo prometi�: sanear el lugare�o ri�,
petr�leo barato para los pobres, atenci�n oft�lmica a cargo de m�dicos cubanos
made in Havana, buses escolares...
Que esperen sentados los ''bronxenos'' porque las mismas promesas, como
letan�a, siguen sonando en los o�dos de los venezolanos pobres, a quienes ni
siquiera les han dado un autob�s hito para que sus hijos asistan a la escuela. El
estado Vargas no ha dejado de ser el monumento de la incuria gubernamental como ejemplo de ineptitud.
Como el r�gimen de Castro, igualmente el de Ch�vez, y como antes los de
Hitler, Stalin, Mao, comenz� con el enga�o e igualmente intenta imponer el
miedo.
El jactancioso de la defensa soberana y sin precedente entre los mandatarios
venezolanos ha entregado al pa�s al chupasangre cubano, ante quien se subordina
como sus propias confesiones lo delatan. Ese Fidel Castro es el mismo que, en
los 60, nos invadi� y las fuerzas armadas acabaron con sus pretensiones de
apoderarse de Venezuela, hoy, dolorosamente, convertida en su principal
provincia.